La violencia de género es el tipo de violencia  ejercida contra cualquier mujer, por su condición de tal. La violencia  presenta numerosas facetas, desde la discriminación y el menosprecio, la  agresión física y psicológica, hasta el asesinato.                            
La mayoría de las veces es causada del  hombre hacia la mujer, por sentimiento de superioridad, dominación y  más extensamente machismo.
Estos hechos comienzan en la infancia y es en el familia donde se  ejerce esa violencia, es la niña quien la sufre por su condición de  niña, la mayoría de las veces de parte dela autoridad paterna o de  hermanos, abuelos, tíos o amigos que ella confía. Este problema muchas  veces no trasciende porque la niña se siente avergonzada y con  sentimientos de culpa, además de sentirse amenazada y amedrentada, la  hacen guardar silencio. 
Otro tipo de violencia es la venta de niñas, para el servicio  lucrativo de la prostitución, observándolo en varias oportunidades en  las miserias en las que viven ciertas familias, que encuentran una  salida en la explotación sexual de las menores, muy repudiable por  cierto.
Muy importante es la magnitud de la violencia de parejas, dándose en  todos los grupos sociales, en distintos niveles económicos y culturales.
En las relaciones de parejas, surgen conflictos, discusiones  acaloradas hasta llegar a la agresión física entre ambos. La mayoría de  las veces se ejerce el maltrato del hombre hacia la mujer, con una  relación de dominio, que mediante desprecios, humillaciones, insultos,  amenazas y golpes logra bajar la autoestima de la mujer, la que sufre en  silencio y con culpas. Muchas veces estos hechos salen a la luz con el  peor final imaginable: la muerte. 
Otra faceta de violencia es sin lugar a dudas la violación, ejercida  por los hombres. Esto produce efectos devastadores, las mujeres pueden  caer en profundas depresiones, cambiar su carácter, caer en adicciones  como alcohol o drogas. 
Las mujeres víctimas de la violación, sufren una doble agresión,  primero la de su agresor, a eso se le suma el de la familia y de la  comunidad. El sentimiento de vergüenza las hace mantener en silencio, y  en numerosos casos, les sigue el asesinato. 
La prevención sería una de las principales medidas de terminar con la  violencia de género. Como adultos, debemos reflexionar aún cuestionado  los roles sociales, el lenguaje, etc, y transmitírselos a niñas y niños.
Evitar relacionarnos con personas que  tengan una patología violenta, desconfiar de promesas y valorar la intuición. 
Lo que no es fácil de prevenir son los hechos de violencias generados  durante la infancia, los cuales en todos los casos son generados por  amenazas y amedrentamientos, incomprensible para niñas inocentes e  indefensas. 
También es complejo prevenir la violación, donde la figura del hombre  perverso mediante intimidación, coacción e indefensión, pretende  imponer una relación sexual no deseada.
La violencia de género, merece una profunda atención, desde los  distintos estamentos del estado, la justicia y del valorable trabajo de  las ONG involucradas en el tema.
Como reflexión solo me queda por decir: que el miedo no nos debe  paralizar, que debemos animarnos en todos los casos a denunciar a los  perversos capaces de hacernos tanto daño. Hacer valer nuestros valores,  defender nuestros derechos y exigir se tome con gran seriedad esta  problemática.
*Defensora adjunta del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.
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